El yoga armoniza cuerpo, mente y emociones. Con estas posturas específicas podrás combatir la ansiedad y restablecer tu equilibrio interno.
UTTANASANA PARA UNA MENTE FRESCA Y RELAJADA
Con los pies paralelos y abiertos al ancho de tus caderas, inhala y eleva los brazos por encima de la cabeza.
Al exhalar, flexiónate desde la cadera, con el abdomen contraído, y lleva las manos a los lados de los pies o por detrás de los tobillos.
Relaja el cuello, deja que la cabeza cuelgue hacia tus pies y mantén el pecho lo más cerca que puedas de las piernas.
Mantén las rodillas estiradas o flexiónalas de manera que tu frente permanezca en contacto con las piernas.
Permanece 30-60 segundos en la postura y verás cómo al salir de ella sientes tu mente fresca y relajada.
La postura del camello o Ustrasana
Es una postura profundamente energizante. Estírate hacia atrás y confía en la parte posterior de tu cuerpo, aunque no la veas.
Arrodíllate manteniendo los muslos paralelos al suelo y las manos en las caderas. Inhala y presiona hacia delante los muslos a la vez que avanzas las caderas para arquear la espalda hacia atrás.
Suelta los brazos, coloca las manos en los talones y, a continuación, relaja el cuello para que la cabeza cuelgue hacia atrás sin tensión.
Si las manos no te llegan a los pies, deja los brazos sueltos para evitar forzar las lumbares.
Janu Sirsasana
estira todos los músculos de la espalda y promueve la flexibilidad de la columna. Es una flexión hacia delante para calmar la mente y combatir el estrés.
Siéntate en el suelo con las piernas juntas y estiradas. Une la planta del pie derecho con el muslo izquierdo acercando el talón a la ingle.
Inhala, levanta los brazos por encima de la cabeza y exhala inclinando el tronco y los brazos por encima de la pierna extendida.
Mantén la columna estirada y lleva las manos hacia el pie izquierdo. Si no puedes, déjalas sobre la tibia o el muslo. Relaja el cuello soltando la cabeza.
Permanece en la postura unas cinco o seis respiraciones aumentando un poco más la extensión en cada exhalación. Respira sintiendo cómo tus emociones se pacifican
La postura del medio puente o Setu Bandhasana
Te calmará, pero además te llenará de vigor y energía.
Túmbate boca arriba con las piernas dobladas y los pies paralelos y abiertos el ancho de las caderas. Estira los brazos a los costados.
Inhala y levanta las caderas del suelo, lleva el peso hacia los hombros y estira el cuello acercando el mentón al pecho. La cabeza y los hombros permanecen en el suelo.
Colócate un bloque de madera debajo del sacro; es un hueso plano y duro, ¡no lo confundas con las lumbares!
Suelta el peso de tu cuerpo, cierra los ojos y respira abandonándote al descanso.
La postura del arco o Dhanurasana
Abre energéticamente el corazón. Cuando estés en la postura, inhala en el centro del pecho, liberando emociones y llenándote de alegría.
Túmbate boca abajo, flexiona las rodillas y sujeta bien los tobillos por fuera con ambas manos. Inhala y estira las piernas hacia arriba y atrás, eleva los muslos y levanta la cabeza y el pecho.
Mantén los brazos rectos, inclina la cabeza hacia atrás y mira hacia arriba. Permanece unas cinco respiraciones, sin olvidarte de sonreír.
Deshaz con una exhalación progresiva: primero baja la frente y el pecho al suelo y después las piernas. Suelta los tobillos y descansa.
Postura Viparita Karani
Obtendrás un descanso reparador y restablecerás tu equilibrio interno.
Siéntate frente a la pared, lleva las manos al suelo por detrás de la espalda, flexiona las rodillas y acerca a la pared la cadera y las nalgas.
Sube las piernas apoyándolas en la pared y recuéstate, comprobando que tu cuerpo esté simétrico.
Estira las piernas verticalmente y relaja los brazos a los lados del tronco o lleva las manos a tu abdomen para sentir la respiración.
Permanece descansando así entre 3 y 5 minutos o todo el tiempo que te apetezca.
La sencilla secuencia que te proponemos se centra en flexiones hacia delante, que relajan el sistema nervioso y disminuyen la actividad mental, y en aperturas de pecho que aumentan la sensación de confianza en uno mismo y en la vida.
Acude a ellas cada vez que lo necesites y deja salir, sin juzgarte, aquellas emociones que necesitas liberar para volver a tu equilibrio.
Fuente: cuerpomente
Próximas FORMACIONES:
Pincha sobre la imagen para obtener más información
Pide más información
Escribir comentario