La atención plena es una actitud hacia la vida que ayuda a ser más abierto, compasivo (recuerda que ser compasivo no es tener lástima, sino empatizar con el otro y desear ayudarle) y más consciente de uno mismo.
La práctica de mindfulness implica dirigir deliberadamente la atención lejos del piloto automático y de los pensamientos negativos, estando así más presente y conectado al momento.
Ese estado de consciencia plena tiene implicaciones en tu manera de vivir la vida y tiene lógica pensar que esto redunda en nuestras relaciones con los demás.
¿La atención plena en realidad causa mejoras en las relaciones? ¿O son las relaciones más felices las que nos hacen sentir más presentes y abiertos? Esto plantea el problema de que fue antes si el huevo o la gallina.
Aunque no estamos seguros de que sea la atención plena quien produzca una mejora en las relaciones, al menos hay algunos estudios que demuestran que en parte sí lo hace. Un análisis publicado en The Journal of Human Sciences and Extension en 2016 descubrió que unos niveles más altos de atención plena predicen relaciones más felices y satisfactorias.
Aunque no estamos seguros de que sea la atención plena quien produzca una mejora en las relaciones, al menos hay algunos estudios que demuestran que en parte sí lo hace. Un análisis publicado en The Journal of Human Sciences and Extension en 2016 descubrió que unos niveles más altos de atención plena predicen relaciones más felices y satisfactorias.
1) La atención plena nos ayuda a estar más presentes y atentos
Cuando le estás hablando a alguien, contándole la gran idea que has tenido y ni siquiera te mira a la cara y encima está contestando por whatsapp cualquier cosa a OTRA persona…o cuando parecía que sí, que te estaba prestando atención y te contesta con un: “pues a mi lo que me pasa es…”¡No te está atendiendo!
Reconozcámoslo. Esto cada vez ocurre más. Al menos yo tengo esa sensación. Mindfulness cambia las áreas del cerebro asociadas a dirigir la atención y el enfoque. Así, notamos cuando estamos en piloto automático (nos damos cuenta) y, de este modo, redirigimos la atención a lo que sientan o necesiten los demás. Esto puede ayudarnos a ser más amorosos y presentes, construye intimidad y hace que nuestras relaciones sean más felices y estén más conectadas.
2) La atención plena disminuye la reactividad emocional negativa.
Los estudios de Mindfulness muestran que la práctica durante 8/10 semanas cambia las áreas de regulación de la emoción del cerebro.
La amígdala es una pequeña parte del cerebro medio en forma de almendra que pone al cerebro en el modo “luchar, huir, atacar”. Nos hace ver a la gente como amenazas, y reaccionamos cerrándonos emocionalmente o atacándoles. La atención plena reduce el volumen de la amígdala, haciendo que influya menos en este tipo de comportamiento.
Esto puede ayudar a las parejas a salir de los ciclos negativos de discusiones destructivas o de distanciamiento emocional.
3) Mindfulness mejora la regulación de la emoción.
Los estudios demuestran que la práctica de mindfulness fortalece la corteza prefrontal y mejora su conectividad con la amígdala. La corteza prefrontal es el centro ejecutivo del cerebro y puede enviar un mensaje a la amígdala diciéndole que todo va bien sin que esta actúe.
Así podemos evitar reaccionar mal en ciertos momentos.
4) La atención plena aumenta la autoconciencia.
La atención plena también conduce a cambios en la corteza cingulada anterior, que se asocia con nuestro sentido de la regulación del yo y la emoción. Por lo tanto, la atención plena puede ayudarnos a observar cuándo actuamos de forma no saludable y redirigir la atención a cómo nos gustaría actuar y cuáles son nuestros valores fundamentales.
Esto puede ayudarnos a contener el impulso de actuar de manera destructiva o manipuladora.
5) El mindfulness nos hace más empáticos.
La atención plena también cambia la ínsula, una parte del cerebro asociada con la empatía y la compasión. Esto puede ayudarnos a comprender mejor las perspectivas y emociones de la gente y sentir más compasión por ellos.
Cuando utilizamos la compasión y no el enfado, llegaremos a una conversación más positiva. La compasión también nos ayuda a expresar amor y calidez a nuestro compañero o compañera, lo que construye intimidad.
Fuente: intimind.es
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