¡Dime cómo es tu postura y te diré cómo te sientes! La postura corporal juega un rol principal en tus emociones. De hecho cada vez hay más estudios científicos que nos revelan interesantísimos datos de la relación bidireccional entre: postura corporal y comunicación emocional.
¿Verdad que es sencillo identificar el miedo con posturas de proteccionismo (columna encorvada, ojos, puños cerrados)? ¿O el enfado con posiciones de desafío y adelantadas? Un ejemplo claro de la relación postura-emoción es la que mantiene la posición erguida con poder. No es casualidad que los militares entrenen su postura perfectamente alineada, automatizada y erguida mientras desfilan en tropa. Si nos vemos más altos o más erguidos nuestra auto-percepción y auto-concepto también se verá afectado. El mantenimiento de la buena postura es interpretado por nuestro cerebro emocional como que somos poderosos, poderosas. Nos empoderamos a través de la postura.
El profesor de psicología Erik Peper ha señalado que en posición erguida es más fácil elegir ideas positivas en contraposición con el encorvamiento postural donde vienen a la mente con más facilidad ideas negativas. En efecto, los niveles bajos de energía y la depresión están asociados con posturas de encorvamiento, de aislamiento y de cierre.
Depresión y mala postura
Un estudio reciente publicado en la revista científica Gait Posture avala esta teoría. Se investigó la asociación entre una mala posición de espalda y la recurrencia de episodios de depresión en un grupo de pacientes con depresión mayor (136 pacientes). Tras analizar su postura y la depresión se encontró una interacción significativa entre el grado de cifosis torácica y la severidad de los síntomas de depresión.
Entrenamiento Cuerpo-Mente
Si la conclusión es que la postura corporal influye en el estado emocional parece obvio que tenemos que cambiar nuestra postura. Leyendo esto parece fácil. ¡Cambiamos nuestra postura y listo! Pero no es tan simple como crees. Tanto el componente emocional como el físico deben ser “entrenados” a la par. Eliminar pensamientos y hábitos posturales que están profundamente enraizados requieren de tiempo, constancia y de la ayuda de profesionales de diferentes campos como la psicología, la medicina, las ciencias del ejercicio, yoga y la meditación.
El ejercicio físico regular siempre fue un gran aliado tanto para mejorar la salud de la espalda como para mejorar el estado anímico. Las pautas posturales a seguir:
:
– estiramiento de la espalda
– apertura de pecho
– cuello largo
Son la transferencia ideal hacia la postura de empoderamiento y de crecimiento emocional. Además, el entrenamiento regular y periódico de los músculos que sostienen la columna ayudará a su control muscular. Por algo el clásico dicho reza “mens sana in corpore sano”.
Fuente: lowpressurefitness.com
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